De mi columna en Revista Carrusel
Mi hija adora ir al colegio, le encantan sus misses y sus compañer@s, llega a hacer sus tareas sin reproche, incluso a veces dice que quiere hacer más, participa contenta en las actividades extra programáticas que tiene, en resumen mi hija ama su colegio.
Pero el que ella ame su colegio y le encante ir todos los días, no quita que cada mañana sea un verdadero show sacarla de la cama, es una queja diaria, que tiene sueño, que no prenda la luz porque le molesta a sus ojos, que no puede ver, que va a seguir durmiendo, etc., etc.
Y así también mi respuesta de todas las mañanas es la misma, le explico que si se acostara más temprano no tendría sueño, que yo también tengo sueño pero igual debo levantarme y que además ya es tarde y esta atrasada.
Por lo mismo, el otro día cambie de técnica, al escuchar su queja matutina, sumándose además, la misma queja pero del papá. Me paré en el pasillo entre las dos habitaciones y les dije muy seria:
“ok, no se levanten, pueden quedarse acostados, a partir de hoy seremos Hippies, nos iremos a vivir a una isla de Brasil, nadie ira ni al trabajo ni al colegio, para vivir comeremos pescado y animales que vamos a pescar y cazar, sacaremos las frutas de los arboles. Nunca más nos tendremos que levantar temprano, tampoco aprenderás ni a leer, ni a sumar, ni restar”. “¡Estupenda idea se me ha ocurrido!, ¡seremos hippies!” dije para terminar.
Mi marido solo rio desde el dormitorio y se metió a la ducha. Mi hija me miro y me dice: “wuacala, pescados… no!” y bajo de la cama para vestirse. Obviamente, pensé que el asunto había terminado ahí, nadie más toco el tema, ni hablo del asunto.
Pero ese mismo día, en la noche mi mamá (que estaba en casa) le dice a mi hija: “vaya a acostarse que ya es tarde” y mi hija muy seria le responde: “mañana no voy a ir al colegio, porque ahora ¡seré hippie!” y sin decir más, se fue a su dormitorio.
Se imaginaran la cara que puso mi mamá, mientras yo rompía en risa. Mi madre no entendía nada e interrogaba a mi hija que de dónde había sacado semejante cosa, que quién le había enseñado o dónde había escuchado eso de ser hippie. Jajaja, yo no podía parar de reír y tuve que entrar a explicar a mi mamá que lo de ser hippie había sido idea mía.
Por supuesto, lo de ser hippie le duró a mi hija, lo que se demoró en darse cuenta que debería comer pescado todos los días y no podría asistir a sus clases de ballet nunca más.
7 comentarios:
Jajaja!! Genial tu nena! Pero demasiado dura la vida del hipótesis, eh?? :)
Jajaja, no creo que me funcione esa idea con Leo, además siempre me despierta antes que el despertador, ya veré en unos años como me va, besos y abrazos.
Jajaja! Excelente :)
Jajajaja, genial tu respuesta! Y genial la respuesta de tu hija a tu madre.
Saludos!
Silvia: jajaj no se si tan dura, yo feliz viviendo en una isla de brasil, ;)
jaz: bueno mi hijo es asi, es al unico que no tengo que lazear para levantarse, ;)
Anonimo: gracias
Pulgamamá: ah no! si mi hija tiene respuesta para todo.... jajaja
HAHA! como me divertí con esta ocurrencia! naaaah! a mis hijas no les funcionaría ¡caray! pero como te entiendo! :D
¡Qué gracioso! Dicen de las ocurrencias de los niños... ¿pero y lo que se nos ocurre a las mamás? Hay veces que somos muy creativas con nuestras respuestas!
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