18 de junio de 2012

¡Dos meses ya!


Hace una semana el Menor cumplió dos meses, increíble como pasa el tiempo, pensar que solo hace un par de meses lo tuve en mis brazos y vi sus ojitos por primera vez, lo limpie y abrace con todo mi amor, ese mismo amor que cada día que pasa crece más y más.

Aunque ya tiene dos meses, no parece un bebé de esa edad, es inmensamente grande, la mayoría de la ropa de 3 meses le queda chica o justa, incluso tengo ropa de esa talla sin usar, nueva y con las etiquetas puestas. Todo esto confirmado en su 2° control pediátrico, en un mes subió 1.200 grs de peso y creció 6 cm de talla, es decir, ahora pesa  6,750 grs y mide  61 cm. Esta creciendo fuerte y muy sano, por lo que la pediatra recomendó seguir tan cual con mi leche y esta vez no me hablo de “tantos” minutos por lado, ni cada “tantas” horas, solo me dijo: “sigue igual con tu lactancia”.

También hicimos una visita donde la Gastroenteróloga que trataba  al Mediano por su Alergia a la Proteína de la Leche de Vaca, pues yo notaba que la caquita del Menor era algo rara, creo que más por sugestión mía que por otra cosa, ya que era probable que él, al igual que su hermano, también desarrollara la APLV. Por suerte no paso de ser solo mi paranoia e histeria maternal, pues según la Gastro, su caquita no tiene nada de extraño, además hasta ahora no tiene síntomas relacionados con una alergia alimentaria, o sea, el Menor es un bebé completamente sano.

Lo malo de los dos meses, es que le correspondían las vacunas, y muy por el contrario de lo que sucedió con sus hermanos, el Menor lo paso muy mal, estuvo la tarde y noche después de ponerlas, muy irritable, molesto y adolorido, pobrecito, creo que la culpa de sus molestias es que ahora las vacunas a los bebés menores de un año se las ponen en las piernas y no el brazos como paso con la Mayor y el Mediano. Pero algo ayudo el Paracetamol y las compresas frías a aminorar el dolor.

Pese al mal rato de las vacunas, este gordito siguió siendo un risueño exquisito, al que le encanta que le hablen y él responder con una hermosa sonrisa y sus cada vez más frecuentes “aguuuu” y “aaaarrrr”. Es un coqueto innato que te sigue con la mirada para regalarte su margarita que se le forma con cada sonrisa.

Aparte de ser un niño muy risueño, es muy consciente con sus padres pues en las noches solo despierta una o dos veces, pero una vez que ya tiene su teta, sigue durmiendo muy contento. Le encanta chupetear casi todo (fular, tutos, su manito, etc) menos el chupete. También ya distingue y reconoce rostros y voces, cuando ve y escucha las de su entorno cercano sonríe, pero cuando son desconocidas, no duda en hacer pucherito y largarse a llorar.

En resumen, es un niño que crece normal, sano y feliz.

6 de junio de 2012

Apoyo en la Lactancia, La Liga de la Leche

Cuando fui madre por primera vez, la lactancia materna no fue tan fácil debido a mi inexperiencia, ansiedad y miedos, por lo que la Mayor tomo leche materna hasta los 6 meses complementada con leche de fórmula. Con mi segundo hijo fue mucho mejor, con más experiencia y menos ansiedad, el Mediano se alimentó de leche materna exclusiva hasta los 9 meses.

Ahora con un tercer hijo tendría que ser perfecto, el Menor subió muy bien de peso lo que indicaba que se alimentaba bien. El problema surgió en la ultima semana cuando empecé a sentir dolor, ardor y además aparecieron ampollas en mis pezones - muy dolorosas por cierto - esto me asusto, pues en mis lactancias anteriores no sufrí nada parecido.

Me puse a investigar en Internet que estaría ocurriendo, entre lo mucho que leí, fue que el Menor podría estar agarrando mal el pezón por una mala postura al mamar, o bien podría ser una infección bacteriana o micotica (hongos). Obviamente con esto último me horroricé, luego a medida que leía me calme un poco, pues era algo tan extraño entre las mujeres que amamantan.

De todas formas decidí que necesitaba consultar con algún especialista, pero ¿a donde iba? No me parecía que el ginecólogo fuese la persona más adecuada. Una amiga me recomendó asistir a una Clínica de la Lactancia, servicio que existe en varias clínicas del país, atendido por matronas expertas en lactancia que ayudan, enseñan y resuelven dudas y complicaciones con el amamantamiento, por lo que agendé una hora con una de estas matronas.

Paralelamente seguí leyendo en Internet y gratamente me enteré que la Liga de La Leche Internacional, de la que ya había leído en algunos blog y foros, también estaba presente en Chile con Grupos de Apoyo en varias ciudades, y que suerte la mía, que en un par de días habría una reunión en mi ciudad, sin pensarlo mucho me apunté a la reunión de la Liga. Estos encuentros son mensuales y participan madres embarazadas y en periodo de lactancia con sus hijos y también, si lo desean, con sus parejas, son dirigidos por una Líder de la Liga, madre voluntaria, que ha sido formada en lactancia materna, la cual asesora y ayuda a las participantes.

El día de la reunión, partí ansiosa con el Menor al lugar del encuentro, al llegar solo estaba la mamá anfitriona, inmediatamente empezamos a conversar y conocernos, poco a poco fueron llegando el resto de las madres con sus hijos, algunas con sus parejas, en total nos reunimos 8 mamás con o sin parejas y sus hijos, la mayoría bebés de la edad del mio y un par de niños cercanos al año y medio, además de la Líder de la Liga que es un amor de persona.

La reunión fue muy amena y acogedora, partimos presentándonos y contando porque estábamos ahí, los problemas o dudas y nuestra experiencia con la lactancia y maternidad, cabe destacar que todas, excepto yo, eran madres primerizas, por lo que los temas que más se repetían eran el dormir, llantos, lactancia y alimentación del bebé, también los miedos e inseguridades por las que todos pasamos cuando fuimos padres por primera vez. Quede fascinada con el nivel de confianza, apoyo y tolerancia que se percibía en el grupo, la mayoría nos veíamos por primera vez, pero todos teníamos algo en común, el ser padres, que nos hacia entrar en sintonía. Me imagino que es lo mismo que pasa en las reunión de terapia de grupos de adictos o alcohólicos, el sentirte apoyado por alguien que pasa por lo mismo.

El encuentro duro más de tres horas, en que conversamos, reímos, aprendimos, solidarizamos, nos aconsejamos, nos apoyamos y nos escuchamos entre los padres, así también la Líder de la Liga nos aconsejó y direccionó hacia una lactancia feliz y exitosa. Y todo esto absolutamente GRATUITO.

Quede muy contenta con asistir y conocer este grupo de apoyo, pues estoy segura que de haber asistido desde que nació la Mayor, nuestra lactancia hubiese sido distinta y mucho mejor.

Por mi parte, seguiré asistiendo todos los meses a este lindo Grupo de Apoyo, porque a esto yo lo llamo: Hacer TRIBU!


Si quieres saber más sobre la Liga de la Leche en Chile, fechas y lugares donde se realizan los Grupos de Apoyo pincha aquí

4 de junio de 2012

De manías y obsesiones

De mi columna en Revista Carrusel
Mis hijos tienen muchas manías y obsesiones, algunas de las cuales a veces me llegan a desesperar, pues no entiendo que siendo tan chicos ya estén igual que viejos maniáticos.

La Mayor por ejemplo, tiene la costumbre de ir al baño con libros, lo que hace que a veces se demore más de media hora ahí y por supuesto mientras tanto esta pidiendo libro tras libro, ya vieran al Mediano correr con libros del librero al baño para satisfacer a su hermana.

Cuando la estoy peinando, no soporta que si mojo su pelo caiga una gota de agua en su cara, “ya te he dicho que me carga (lease me molesta) que me mojes la cara cuando me mojas el pelo” me dice, y lo peor es que viceversa también le “carga”, es decir, mientras le lavo la cara no debo mojarle el pelo.

También se obsesiona cuando juega, le gusta ordenar los autos o bien los Little People en fila y los hace avanzan uno por uno, lo malo es cuando juega con su hermano, pues este no entiende que tengan que ir tan ordenados y se los desarma, lo que genera la pelea, llantos y gritos instantáneamente.

Otra manía es que la leche, chamito, yogurt o jugo no los puede tomar si salen directamente del refrigerador, deben estar a temperatura ambiente, uf. Debe dormir con sus dos almohadas, los fideos deben tener una carita feliz dibujada con kepchut, la ropa debe combinar en colores, así entre muchas otras.

El Mediano no es muy distinto, también tiene sus manías, como que su mochila del jardín debe ir en cierta posición en el auto, sino es así, llanto seguro. O que él debe desabrocharse una parte del cinturón de la silla de auto, o que la mamadera debe estar envuelta en un paño de cocina antes de tomársela.  

Una de las peores, es su obsesión con los zapatos, solo le gustan unas zapatillas y nada más que esas, que le quedan justas, si es que no chicas. Le he comprado durante estos últimos meses 3 pares, los cuales han quedado ahí, nuevos, pues él no se los quiere poner y no hay argumento que valgan.

Aunque si tiene una obsesión que me encanta, que es tocar y acariciar mi pelo a cada rato, a veces estoy en la cocina y llega a decirme: ”mamá: pelo, toca pelo”, me agacho para que me lo toque y se va, jeje, exquisito. Cuando estamos en la cama o sentados viendo tele, él esta acariciando mi cabello, cuando se despide de mi en el jardín, me da un beso y le hace cariño a mi pelo, jeje, como si se despidiera de él también, incluso para quedarse dormido debe estar tocándolo.

Si bien mis niños tienen obsesiones encantadoras, otras son simpáticas y otras realmente nada agradables, solo espero que algunas o al menos las peores con los años desaparezcan, porque no me los quiero imaginar como serán de viejos con tanta manía.