28 de febrero de 2012

El no querido retorno

Y como nada es eterno, ya estamos de regreso de nuestras vacaciones, fue un mes excelente, los días estuvieron muy buenos, solo un par de días nublados. La última semana fue la mejor en cuanto a la playa, con el agua más templada de lo normal y el mar muy calmo.

Mis hijos lo pasaron muy bien, a tal punto que no querían volver. Disfrutaron del mar, el aire puro y la familia, pues donde vamos de veraneo mis tíos tienen casas, así que todos los días estábamos con ellos en la playa y mis hijos jugaban y abusaban bastante de su paciencia, pobrecitos, también coincidimos dos semanas con mi prima y mi sobrinita de un año y medio, por lo que tenían con quien jugar mi hija y con quien pelear mi hijo, jeje.

Así mismo hicieron dos nuevos amiguitos, unos hermanitos que tienen la misma edad de mis hijos, con ellos jugaban en la playa, al despedirse el ultimo día lo hicieron de abrazos prometiendo verse el próximo verano y seguro así será, pues ellos son hijos de una pareja de artesanos de la feria que todos los veranos y fines de semana largos se instala en la playa.

Casi todos los días en la mañana los niños salían a caminar con papá, o bien con la Abu, que nos acompaño las últimas dos semanas, si no salían a caminar, bajábamos a bañarnos en las piscinas que se forman en los roquerios, después de almorzar bajábamos a la playa. Ahí los niños jugaban en la arena o bien se bañaban, claro que la que más se bañó, jugó y nadó en las olas fue mi hija, mi hijo si no lo metíamos yo o el papá, sólo se mojaba los pies corriendo y jugando en la orilla.

Lo mejor de tanta actividad fue que mi hijo se dormía muy temprano, muchas veces se durmió a las ocho de la noche, apenas subíamos a la casa lo bañábamos, se tomaba su leche y caía rendido en los brazos de Morfeo, muy pocas veces logro cenar. Cuento aparte era mi hija quien se dormía casi todas las noches después de las diez.

Si bien los que menos descansamos fuimos los papas, el cambio de aire y rutina hace todo distinto, aun trabajando más de lo que hago en casa durante el año, no hay como disfrutar de la brisa marina, el clima y la tranquilidad lejos del ruido y el estrés propio de la ciudad.

Pero ya estamos aquí, y esta semana y la próxima se vienen a full, el próximo lunes operan a mi hijo, lo que ya pone una cuota de estrés para mí, así que ayer partí a hacerle todos los exámenes de sangre que piden antes de una cirugía. También el lunes entra a clases mi hija, y a diferencia del año pasado que compre todo antes de irnos de vacaciones, ahora debo partir a comprar la lista de útiles escolares y lo que haga falta del uniforme, que hasta el momento sólo son zapatos, pues el resto del uniforme le queda bueno aún, además comprar la lista de útiles para mi hijo, que entra al Jardín Infantil a mediados de marzo. Esta semana también debo repetir los exámenes para descartar una posible diabetes gestacional, lo que implica toda una mañana perdida.

Como acostumbramos a decir aquí en Chile “se nos vino marzo” y yo ya empiezo a contra reloj, cada día se acerca más el nacimiento de mi hijo, por lo que debo aprovechar este mes para hacer todas las compras que faltan para él, es decir todo, y además dejar avanzado el par de proyectos en los que estoy trabajando y del que pronto les contaré.

12 de febrero de 2012

Ya van 30 semanas


Ya solo quedan oficialmente 10 semanas para que nazca mi hijo, aunque tengo el presentimiento que no esperará llegar a la semana número 10, ni yo me creo que falte tan poco, no sé porqué cada vez que pensaba que mi hijo nace a mediados de abril lo veía tan lejano, pero ahora que me doy cuenta en que número de semana voy, encuentro que no queda nada para su llegada.

Aún estoy de vacaciones en la playa y lo estaremos hasta fin de mes, eso ha ayudado a no estar pendiente de las semanas que me faltan. Porque la verdad, es que tengo tantas cosas que hacer durante el día, incluso más que cuando estoy en casa, claro porque aquí no tengo ayuda de mi nana tres veces por semana, por lo que el descansar solo se logra cuando bajamos a la playa después de almuerzo y puedo sentarme a ver como mis hijos juegan en la arena y el mar. Aun así lo hemos pasado de maravilla.

Con 30 semanas de embarazo, obvio que estoy mas cansada, por suerte no tanto como pensé que estaría, la panza esta tan grande que ya me han preguntado en más de una ocasión si estoy embarazada de mellizos o si estoy a punto de parir, cosa que ya ni me molesta, porque lo mismo ha pasado con mis dos embarazos anteriores, mis hijos son grandes al nacer y nada puedo hacer al respecto.

Antes de venirnos a la playa, tuve mi penúltima ecografía, el bebé esta muy bien, claro que un poquitín más grande que el promedio, por lo que mi doctor pidió repitiera el examen de glicemia, una vez vuelva de vacaciones, pues más vale prevenir.

Fuera de lo anterior, todo va regio, ya esta ubicado de cabeza y el doctor me dijo que es dificil que se de vuelta, es de esperar que se porte como un buen niño y se quede así. Además tuvimos la oportunidad de conocer muy bien su rostro, incluso se mostró mejor que sus hermanos en su momento, ¿y qué creen?, se parece muchisimo a mi hijo, solo que un poco más cachetoncito. Valió la pena posponer un par de días nuestro viaje y así venirnos tranquilos de vacaciones sabiendo que nuestro hijo esta bien.

Por otro lado, la acidez sigue sin darme tregua, claro que hay días mejores que otros, pero siempre tengo mi antiácido bajo la manga que me salva, y que gracias al consejo y recomendación de muchas de ustedes, decidí cambiar de marca a uno que es mucho mejor que el que yo tomaba.

Otro de los clásicos malestares que se han hecho presente en todos mis embarazos en los últimos tres meses, son los calambres, ya es común todos los días, despertar en las madrugadas con los dolorosos calambres en mis pantorrillas, y no solo sufro yo, sino también mi pobre marido al que despierto para que me ayude a estirar las piernas, no saben lo mucho que lo amo en esos momentos, aunque no sé si él sienta lo mismo por mí en ese instante, jeje.

De mis tres hijos, este ha sido el que más se ha movido, es un loquillo dentro de la panza, hay veces en que pega unas patadas tan fuerte que me deja paralizada, tambien se siente claramente cuando esta con hipo y otras veces se mueve cuando sus hermanos le hablan, o mejor dicho gritan, a la panza.

Esperemos que todo siga marchando como hasta ahora y estos dos últimos meses que me quedan sean de lo más tranquilos y sin sorpresas, mientras seguiré disfrutando con mi familia de las vacaciones, les quedo debiendo un post con los detalles de como lo hemos pasado.

3 de febrero de 2012

Modo: Vacaciones

Desde el martes nos hemos trasladado con la familia a disfrutar de las vacaciones a la playa, estaremos aquí hasta fin de mes. Yo ultra feliz, pues me alejo del agobiante calor de la ciudad, que ha estas alturas me estaba matando. Además los niños lo pasan muy bien, ya estos dos primeros días han disfrutado al maximo de la playa, llegan a casa tan cansados que se duermen muy temprano y nosotros, papá y mamá, hemos descansado más de lo que pensábamos.

Si bien escribir tan seguido como siempre, será un poco difícil, me haré el tiempo algunas noches pues tengo  miles de cosas sobre las que escribir, quedaron muchos temas pendientes de las últimas semanas de enero, por eso poco a poco los iré poniendo al día. Como esto recién esta comenzando puedo asegurarles que habrá muchas anécdotas y aventuras que contar.

Mientras tanto, nuestro estado oficial será: VACACIONES.