18 de octubre de 2010

Un par de días de preocupación

No hay nada más angustioso que ver a un hijo enfermo, y estos días fueron así. Mi hijo estuvo con fiebre el fin de semana, al principio debo reconocer que no me preocupe mucho, pues seguía con ánimo y fue fácil controlar, pero el domingo amaneció con 39,7°, ahí ya me entro la preocupación, pues fue díficil bajársela y su ánimo decayó mucho.

Debo decir que ganas no me faltaron de correr a la clínica con él, pero decidí ver cómo evolucionaba durante el día, pues ya tenía la hora pedida con su pediatra para el lunes, durante la tarde del domingo estuvo un poco mejor. Como estábamos en casa de mis papás, ellos insistieron que dejara ahí a mi hija, pues si en la noche se volvía a poner mal tendríamos que partir a la clínica y no la podíamos dejar sola en casa.

Mi hijo pasó una noche inquieta y como las 5 de la mañana nuevamente tenía fiebre, logramos bajarsela, pero yo me sentía tan mal, por mi cabeza pasaban millones de enfermedades probables, y el sentimiento de culpa que fuera algo grave y que no lo hubiese llevado a la clínica las hubiera empeorado, pensé en otitis, meningitis y todas las itis probables, pero a la vez quería confiar en mi instinto materno.

Llegamos a la consulta de la pediatra y nos mando a hacer exámenes, por probable adenovirus o infección urinaria (la cual ya había pensado por la experiencia con mi hija, que más adelante contaré), en 4 horas estarían los resultados, fueron unas largas angustiosas horas.

Mi pobre guatón durmió casi todo el día y tomó muy poca leche, no quisé forzarlo a comer pues se veía muy decaído. Cuando por fin ví el resultado los exámenes, me bajó un gran alivio, los dos fueron negativos, llamé a la dra. y empezamos tratamiento con antibióticos, pues mi hijo comenzó con la tos y la mucosidad nasal.

De aquí al jueves debería mejorar, si no es así, hay que volver a la consulta. Pero debemos estar confiados que así será, al menos se durmió de buenísimo animo, incluso estuvo jugando con nosotros.

Nos ha tocado duro con mi guatón desde que nació, ya lleva a su haber: virus sincicial dos veces, bronquitis, otitis, rinitis, y ni contar su alergía a la proteína de la leche de vaca. Pero mi chiquito es muy fuerte y sale adelante de todas, y aquí estamos sus padres para cuidarlo y consolarlo siempre.

6 comentarios:

Vicky dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Vicky dijo...

Mucho ánimo, lo peor es ver a un hijo enfermo, te entiendo muy bien porque estoy en la misma... cada vez que la fiebre nos ronda aparece también la angustia y claramente no es una buena combinación...
Un abrazo grande y si hay algo que he aprendido es que asi como de un minuto a otro estan con mucha fiebre, de la misma forma estan jugando como si nada :)

Bere dijo...

Un abrazo para ti y tu pequeño, se que es lo más terrible verlos así, mil veces preferiríamos verlos haciendo mil travesuras, que enfermitos y decaídos. Pero como dices, ellos son más fuertes de lo que nosotras pensamos, ojalá que el tratamiento funcione y en unos días esté como si nada... =D suerte!

Jazmín dijo...

Que afortunado es tu hijo al tener a una mamita tan ocupada en su bienestar y en su salud, es horrible ver a los hijos enfermos, pero como tu dices, aquí estamos los papás para protegerlos, cuidarlos y por supuesto amarlos.... pronto estará mejor.
Besitos.

joaquinita dijo...

Fin de semana del terrorrrrr, mi pequeña hija tb. estuvo complicadita el domingo después de haber pasado un sábado espectacular :/
Entiendo que siempre debe ser complicado tener a un hij@ enferm@, pero cuando tu hij@ ha pasado x problemas graves y extremos de salud, esto se vuelve una tortura, una pesadilla, un ataque de malos recuerdos y temores que afloran.
Gracias a Dios... esta vez sólo se trataba de una amigdalitis.

100% Mamá dijo...

Gracias a todas por las buenas vibras, por suerte con los antibioticos todo marcha muy bien.... un beso a todas....