El lunes fue el cumpleaños del Menor, sus cuatro años, y fue como un balde de agua fría darme cuenta de lo mucho que había crecido, y lo peor de todo es que no me había dado cuenta. Fue como que con solo decir 4 años ya es casi un adolescente (en mi exageración de madre por supuesto), ya con esa edad casi nadie lo considera un bebé, ya es un niño, que debe ir al colegio o al jardín, que la ropa que le compras ya no esta en la sección de bebés, que ya debe ir a control con el odontólogo, oftalmólogo y traumatólogo según su pediatra, porque ya es un niño y no un bebé. Cuando contaba,que el Menor tenia 3 años, la mayoría de las personas me decian: "ah, es pequeñito", pero ahora digo que mi hijo menor tiene 4 años y me contestan: "ah, ya es grandecito" y juro que me dan ganas de llorar.
Me baja la nostalgia de volver a tenerlo en mis brazos, amamantarlo o que duerma horas en el fular junto a mi corazón. De sentir que de lo único que a él le interesaba y se preocupaba era estar en mis brazos durmiendo o colgado de mi teta. Aunque no deja de ser un regalón que quiere que este a su lado siempre, ahora comparto ser su prioridad con juegos, andar en bicicleta o ver sus peliculas y series favoritas.
Pero es algo por lo que ya había pasado con la Mayor y el Mediano, con la diferencia de que cuando ellos crecían siempre había otro pequeñito después, en este caso, ya no hay un pequeñito después del Menor, ni proyecto de que haya otros bebés, entonces el verlo crecer cuesta más.
Han sido 4 años bien intensos para él, sin duda es el más independiente de los tres, el más hablador, el más sobrestimulado, obviamente porque se potencia con sus dos hermanos mayores. Siempre escuche que el tercero es el que menos trabajo da para criar y creo que es totalmente cierto, esto también debido a la experiencia que uno adquiere con los años criando. Con él todo ha sido más fácil, por ejemplo: el aprender a hablar o caminar, el dejar los pañales, el comer, el dormir solo y toda la noche. Tiene una personalidad muy distinta a sus hermanos, es el menos tímido, el más bueno para los besos y abrazos. Pero también el más osado e intrépido, el que más sustos nos ha hecho pasar, con el que más veces hemos ido a urgencia, el que con solo 2 años ya tuvo su pie enyesado por fractura, el que tiene un tajo de 3 cm en la cabeza y otro de 1 cm de hace unos días, el que más caidas y costalazos se ha dado en bicicleta o corriendo. El más llevado a sus ideas y el más tozudo, y a la vez el más humilde, el que pide perdón y disculpas cuando se equivoca sin que nadie se lo diga.
Parece que fue hace unos días (y no hace 4 años) que contaba en Facebook y mis redes sociales que iba camino a la clínica con contracciones, porque además por ser el tercero, iba un poco nerviosa pero a la vez muy relajada, a tal punto que casi hago un streeming de su parto jajaja. Estuve relatando lo más que pude todo el proceso vía twitter, recibí el cariño y buenas vibras de muchas de mis amigas y seguidoras blogueras y también de mucha gente que no conocía. Nació lleno de luz y amor y eso mismo se ve proyectado en su personalidad y forma de ser que roba un pedacito del corazón de cada persona que lo conoce.
¡Feliz cumpleaños precioso mío! ¡Te amamos con locura todos en esta familia! y aunque el mundo diga lo contrario seguirás siendo mi bebé pequeño por siempre.
Si quieren leer como fue su llegada y nacimiento puedes pinchar AQUÍ
No hay comentarios:
Publicar un comentario