Si
bien el Post-Operatorio de la cirugía de Fimosis que le hicieron a mi hijo no
requería reposo absoluto ni cuidados demasiados extremos, igual había que tener
ciertas precauciones como el evitar golpes en sus genitales, no andar en
bicicleta y no más baño en piscina.
Por el mismo tema de la piscina, es que el verano se acabó para nosotros, ya ese mismo fin de semana dejamos de ir a casa de mis padres, como lo hacemos todos los sábados y domingos, pues al tener piscina en su casa, es muy difícil hacerle entender a mi hijo que no puede bañarse, más aún con el calor infernal que hace aquí en Santiago.
Fuera de la piscina, lo que nos ha costado más es mantenerlo tranquilo sin estar saltando, loqueando y corriendo riesgo de golpes. Para ser sincera ha sido imposible, sigue brincando arriba de su papá como jugando a la lucha, salta del sillón al piso sin ningún cuidado, de la silla a la cama, o sobre su hermana, juro que se me llegan a parar los pelos de lo extremo y loco que es. Es por eso que decidí que hasta que el doctor no le diera el alta definitiva tendría que andar con pañales nuevamente, a fin de con eso amortiguar los golpes y caídas que sufriera.
Aunque a él no le gusto mucho la idea, pues cada vez que le ponía los pañales me decía que no, que él quería los calzoncillos y partía a su dormitorio a ponérselos, fue una lucha diaria, pero al fin comprendió.
Así el martes recién pasado, después de 4 días de la cirugía, tuvo el primer control post-operatorio. El doctor lo encontró muy bien, que tenía una buena cicatrización y los puntos que tenía se caerían solos (creo que son de los que absorbe el cuerpo). La única indicación fue una crema humectante por 10 días y un último control en esa fecha para darle su alta definitiva. También lo autorizo para volver al Jardín a partir del lunes (ayer), cosa que nos puso muy felices, pues era triste verlo quedarse en casa llorando y pidiendo ir a su Jardín, cuando en las mañanas llevaba a mi hija al colegio. En resumen, ya puede continuar con su vida normal, como si nada hubiese pasado.
Aunque pensé que el post operatorio sería más complicado, por el contrario, encuentre que fue relativamente fácil, lo importante que no se quejó de dolor ni molestias al orinar, lo que contribuyó a que su día en la clínica y la operación no fueran algo traumático para él. Y por supuesto no puedo dejar de pensar y decir que definitivamente mi hijo es un valiente.
3 comentarios:
Cuánto me alegra Pamela! Los peques son muy valientes y nos dan grandes lecciones. Siento que lo de la piscina sea lo que peor lleve... Mucho animo!
Que alegria que este tan bien!! Son muy valientes ambos. El y vos ;)
Silvia: gracias linda, al final ya se esta acabando el verano, ni modo lo de la piscina.
Amo ser Mamá: Gracias Bren ;)
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