El viernes de la semana pasada fue un día extremadamente largo, después de un par de cambios de fechas al fin quedaba agendada para las 14:30 hrs la cirugía de mi hijo. Debíamos presentarnos en la clínica al mediodía para hacer el ingreso y papeleos correspondientes.
Una vez ingresados en la habitación, empezó el caos, pues nos entregaron una batita y calcetines para ponérselos, pero mi hijo no quería sacarse su ropa ni sus zapatos, gritaba y lloraba cual chucky o niño poseído. Tratamos con mi marido de calmarlo durante varios minutos, que para mi fueron horas, pero no lo logramos, además nosotros también estábamos nerviosos y muy tensos, por lo que tampoco irradiábamos tranquilidad. Por otro lado, a sus cortos 2 años y medio, mucho no podiamos explicarle, salvo que vendria el doctor al verlo, porque le encanta ir al doctor.
Después de unos 15 minutos de caos entraron las enfermeras con tickets y dibujos para calmarlo, le dijeron que iban a tomarle la temperatura, la presión, pesarlo y medirlo, y aunque no lo crean, al distraerlo de esa forma, mi chiquito se calmo.
Así comenzó nuestra espera para que lo vinieran a buscar y llevarlo a pabellón, ya habíamos decidido con mi marido que el acompañaría a mi hijo (solo un padre puede entrar con él), pues en mi estado y con lo sensible que yo estaba, no iba a soportar verlo en una camilla, con la mascarilla de anestesia y que al dormirse (desvanecerse en realidad) separarme de él y dejarlo en un pabellón lleno de desconocidos, ya había pasado por eso con la operación de mi hija hace un par de años, y de verdad es muy fuerte.
Alrededor de las 14:45 hrs. se fue en brazos de mi marido en la silla de ruedas, le di un gran abrazo y le dije cuanto lo amaba, me quede en la habitación sola y con un sentimiento de angustia y perdida terrible (sí, pueden decirme exagerada). Una hora más tarde llega mi marido a buscarme pues recién había empezado la cirugía, y debíamos estar en la sala de espera del pabellón, para que nos informaran del término de esta.
Cerca de las 6 de la tarde, aparece el doctor y nos cuenta que la cirugía había resultado muy bien, todo había salido como él esperaba, además había autorizado para las 22:00 hrs el alta. Nos dijo que dentro de un rato vendrían a buscar a mi marido para que al despertar mi hijo de la anestesia, lo primero que viera fuera a él.
Así transcurrieron otros 45 minutos antes de poder verlo salir acostadito en su camilla, venía muy tranquilo, me estiró su manito y se la tomé, no saben la tranquilidad que sentí al verlo tan bien. Mi marido luego me contó que no lo dejaban salir de la sala de recuperación porque el muy flojito seguía durmiendo muy relajado, solo cuando lo vieron bien despierto y preguntando por mí, le dieron el pase para volver a su habitación.
Una vez en la habitación pude regalonearlo, claro que no estaba de muy buen humor, pues pedía irse a la casa, sacarse la bata y la vía intravenosa del bracito, además estaba muerto de hambre, pues estaba en ayunas desde las 8 de la mañana, y ya eran las 7 de la tarde. Por suerte al rato le trajeron jalea, helado y yogurt para comer.
Lo bueno es que no se quejaba casi nada de dolor e hizo pipí en el baño, por lo que al ver su estado, el equipo medico de turno decidió adelantar su alta a las 21 hrs. Con indicaciones de analgésico y antiinflamatorio por tres días, reposo parcial y evitar golpes. Tan feliz estaba mi guatón de volver a casa que no quería ir en brazos, sino caminando, a lo que la enfermera accedió pero siempre y cuando caminara lentamente y de la mano de uno de nosotros para evitar una caída.
Una vez en nuestra casa, corrió a saludar a su Abu (mi mamá), que se había quedado con mi hija a cuidarla durante el día, y preguntaba como loco por su hermana, al darse cuenta que ella estaba durmiendo, quiso acostarse también, tomándose su leche se quedo dormido, agotado del día tan largo que le toco vivir.
Nosotros, si bien también estábamos cansados era el agotamiento sicológico y el desgaste anímico del día el que nos estaba pasando la cuenta, no teníamos ganas de contestar teléfonos, ni dar detalles, solo queríamos acostarnos y relajarnos. Estábamos felices que todo había salido muy bien, pues uno siempre tiene temor y piensa que lo peor puede ocurrir, por muy sencilla que sea la cirugía, es imposible evitar preocuparnos cuando algo afecta a nuestros hijos. Personalmente, me costó conciliar el sueño, pero creo que fue uno de los días en que mejor he dormido.
Quiero aprovechar de agradecer las muchas muestras de cariño y preocupación de muchos de ustedes, ya sea por los mensajes que me dejaban en Facebook, en Twitter y aquí en el Blog, además de los llamados telefónicos, de los cuales muchos no conteste, les pido disculpas. Me hicieron sentir muy acompañada y querida, un abrazo a tod@s y mil gracias!
PD: continuará con el post-operatorio…….
8 comentarios:
No te suelo comentar, pero en esta ocasión quiero decirte que me alegro muchísimo de que todo esté bien, y nada de exagerada con la angustia de cuando se va, a mi mientras lo leia se me hacía un nudo en el estómago, no lo he pasado con mi nanico (espero no pasarlo) pero creo que debe ser muy duro. Ahora a ver si la recuperación sale bien y tu nanico enseguida está al 100% besicos soleados.
Pame, nada de exagerada. Eres su mamá y lógico que te vas a preocupar hasta si le pica un mosquito, con mayor razón una cirugía.
Me alegra mucho que esté bien tu pequeño, es un valiente tu guatón :D
Que me alegra que todo salió bien, yo estaría igual o peor de "exagerada" que tu, eres muy valiente! y tu hijo también! abrazos y bendiciones a tu familia
Hola guapi, he de decirte que me has emocionado con tu post y se me han saltado las lágrimas. A mi hijo también tengo que operarle, el lunes tenemos el cirujano y estoy bastante preocupada. Me alegro que todo haya sido tan rápido y que tu pequeño esté bien y en casa. Un beso
Montsequibu: Muchas gracias, espero seguir leyendo tus comentarios, besos, :)
Bere: Gracias amiga, si lo pienso bien, si es un valiente... ;)
Irene: Gracias linda!!!
Zulema: Gracias!!! espero que les vaya muy bien con el cirujano y la operacion, me cuentas como te va porfis.... besos
Pam, no te imaginas cuánto me alegro de que todo haya pasado ya y que haya salido bien. Imagino lo angustioso que tiene que ser porque nosotros, sin llegar a operar, hemos pasado por situaciones similiares y eso de dejar a tu hijo en manos de médicos y no poder estar ahí para ver qué pasa, cómo va todo o consolarle es tremendo.
También aprovecho para mandar un besote grande a Zulema. ¡Todo va a ir bien preciosa!
No te encuentro para nada exagerada; yo me hubiese sentido igual.
La raja que todo salió bien!!!!
Que alegría saber que todo salió bien con el piojis. No creo que sea exageración, es normal que frente a una situación así nos preocupemos, yo habría estado igual!!
Millones de mimos para todos!
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