(Mi columna para Revista Carrusel)
Ya se ha hecho
recurrente leer o saber que más mamás y padres se quejan de los pediatras. Ya
sea por la falta de carisma con los niños, o bien porque no apoyan el tipo de
crianza que los padres han optado, u otras veces por mal diagnósticos, entre
otras.
Si bien en
mi caso estoy feliz y encantada con la pediatra de mis hijos, debo decir que para
llegar a ella pasamos por una mala experiencia, una horrible experiencia, que ocasiono
que mi hija terminara hospitalizada por varios días por un mal diagnostico de
su primer pediatra.
Cuando nació
mi hija, no teníamos idea a que pediatra llevarla, así que no recuerdo quien en
la clínica donde nació me recomendó a la que fue su pediatra por un poco más de
un año. Era Neonatologa, desde un principio congeniamos muy bien, era muy amorosa
con mi bebé y con nosotros igual. Nos dio hasta su número telefónico en caso de
urgencia, que por suerte nunca necesitamos ocuparlo durante el primer año de mi
hija. La verdad es que estábamos muy felices con ella.
Hasta que
al año dos meses de edad, mi hija estuvo un par de días con fiebre, y
terminamos una noche en urgencias con 40° de temperatura, le mandaron a hacer
un examen de orina y un urocultivo. El primero fue mal interpretado por la
doctora y no diagnostico una infección urinaria, que derivo en un par de días
en una Pielonefritis, que tuvo a mi hija 5 días hospitalizada con antibióticos vía
intravenosa, incluso con temor de daño a uno de sus riñones, que después de
varios exámenes se descarto.
Lo cierto
es que durante todos los días que estuvo hospitalizada nunca fue la pediatra a
visitarla, solo el primer día recibimos su llamado telefónico argumentando que había
estado toda esa semana enferma, por eso no podía ir, además como justificando
su mal diagnostico. Desde ese momento decidimos que no la queríamos como
pediatra de nuestra hija. Tampoco emprendimos ningún tipo de represalias o
quejas formales en su contra, pues no queríamos saber nada más con ella.
La doctora
que nos atendió el tiempo que estuvo internada mi hija, nos recomendó otra
pediatra que a la vez era Nefróloga. Que podría seguir atendiéndola por un
posible Reflujo Urinario que sospechaba la doctora residente.
Y así
llegamos a nuestra actual pediatra, la que confirmo las sospechas de la anterior
doctora y diagnostico a mi hija con Reflujo Urinario grado II. Recuerdo
perfectamente el día que me explico en qué consistía el diagnostico, me dibujo
y describió lentamente lo que estaba pasándole a mi hija, cual sería el
tratamiento a seguir, cuales podrían ser las consecuencias y cuales serian las
soluciones para este Reflujo, desde la más alentadora hasta la más pesimista. Cada
cierto rato me preguntaba si entendía bien o si tenía dudas, con una calma y
paciencia que me encanto.
Nuestra
pediatra tiene todas las cualidades que buscamos en un doctor. Es carismática
con los niños, certera con los diagnósticos, que no teme derivar a mis hijos a
otros especialistas si es necesario, disponible a contestar las llamadas que
uno le haga, atender a mis hijos aunque los lleve sin hora. Se toma el tiempo
necesario para atenderlos, sin apuro. Siempre nos receta medicamentos que no
sean tan caros y si ella los tiene en la consulta, me los regala.
Lo más
importante en la relación con nuestra pediatra es la confianza que tenemos en ella
y el respeto mutuo. Si bien ella está siempre dispuesta a contestar el
teléfono, yo no la llamo los fines de semana o después de las nueve de la
noche, pues entiendo que ellos también tienen vida y familia y eso se respeta.
En esos casos he partido a urgencias y al otro día la llamo y le cuento lo que
paso, aunque ella luego me diga que debería haberla llamado.
Lo mejor es
que mis hijos, en especial mi hija, la adoran. Nunca van con temor a su
consulta, ni lloran mientras los examina, y eso es en gran parte al trato que
ella tiene con ellos, los recibe con una sonrisa y animo positivo, les habla
con cariño y me hija es feliz cuando le dice que ella es su amiga, le da los
stickers de premio al principio y no al final de la consulta, ya con eso se los
gana por completo, jeje.
Encontrar
al pediatra perfecto, es algo que a todos los padres nos preocupa, pues son a
ellos a quienes les encargamos la salud de los bienes más preciados, nuestros
hijos. Quizás el pediatra perfecto no existe, pero si buscar aquel con el que
estemos conforme no es fácil, y creo que hay un poco de suerte en ello. Muchos
lo encuentran desde un comienzo y otros tenemos que pasar por una o varias malas
experiencias para llegar al adecuado.
9 comentarios:
Totalmente de acuerdo, en general, encontrar un médico que nos guste es una suerte pero lo del pediatra nos llega más adentro porque es el de nuestros peques. La verdad es que hay algunos que no entiendo porqué se han hecho pediatras porque parece que no le gustasen los niños.
Un saludo
Toda una lotería si señor !!!
Bss :D
Es tan complicado encontrar un buen médico sobre todo cuando se trata de nuestros hijos...
Yo estoy contenta con la pediatra de mi hijo y ahora que se ha marchado la enfermera que trabajaba con ella mucho más porque era demasiado alarmista y no me gustaba demasiado
He de reconocer que nosotros hemos tenido mucha suerte aunque también es verdad que hemos ido al pediatra muy poco y espero seguir así, pero sí es cierto que un profesional en el que puedas tener confianza es fundamental.
besotes
Nosotros nos cambiamos hace ya unos meses, ya hablé de ello, y estamos muy contentos con nuestra pediatra actual.
Un abrazo
Nosotros también hemos pasado por algunos pediatras hasta llegar a la definitiva y hemos pasado por algunas malas experiencias. Desafortunadamente en nuestra estadística hay muy pocos pediatras por vocación. Un saludo!
Te sigo!
Es muy difícil encontrar un pediatra que nos guste. Un saludo.
Totalmente de acuerdo. De todos modos, como hoy ya todo está en Internet, mirad esta página http://www.aeped.es/. Para cualquier consulta en relación a pediatras o niños, están también en facebook y twitter. Afortunadamente, ahora estamos más cerca de la solución que antes.
Un saludo!
Así es esto de los doctores, uno tiene que pasar por tantos malos tragos, que bueh... al final resultó que sí encontraron al pediatra ideal :D
Publicar un comentario