Escribo este post mientras espero que mi hija salga de su sesión de fonoaudiología y escucho a un par de mamás sentadas a mi lado que hablan de sus hijos adolecentes. De cómo lían con los permisos para salir en las noches, de cómo los tiempos son distintos y los adolescentes de ahora no son como cuando ellas eran jóvenes.
Recuerdo como era yo, cuando tenía 19 años, como eran mis salidas y fiestas, las locuras e irresponsabilidades que cometía y realmente me asusto, ¡no quiero que mis hijos lleguen a esa edad!
Con mis amigos salíamos todos los fines de semana, hasta altas horas de la madrugada y tomábamos como si el mundo se fuera a acabar (bueno aun tengo un par de amigos que no cambian), sin importarnos nada, pensábamos que éramos inmortales y nada nos pasaría. No puedo negarlo, lo pasábamos muy bien, sin ningún tipo de responsabilidad, ni preocupación, más que divertirnos y disfrutar de la vida. Hasta ganas de retroceder el tiempo me dieron.
Pero seguro que nuestros padres no lo pasaban bien, ahora entiendo cuando mi mamá antes de salir nos repetía - a mis hermanos y a mí - una y otra vez que nos cuidáramos y se desvelaba hasta que llegábamos de un carrete.
Siempre bromeamos con una de mis amigas “irresponsables” de aquella época, que tiene una hija un año menor que la mía, que cuando sean adolescentes nuestras hijas y vengan a pedirnos permiso para salir a carretear juntas, las iremos a dejar y a buscar, a horas prudentes y decentes y bien vigiladas, jajaja. Y nos importa un carajo que piensen que somos unas mamás pesadas y que las hacemos pasar vergüenzas con sus amistades.
Porque realmente los tiempos han cambiado, y los jóvenes hoy cada vez salen a carretear más chicos, pololean antes, y son más precoces, el mejor ejemplo es el perreo, en mi época con suerte cuando bailabas un lento te insinuabas. Creo que con este párrafo acabo de demostrar que la maternidad me ha convertido en una “vieja pesá”.
Si de algo estoy muy clara, y conociéndome, seguro seré una mamá estricta en cuanto a los permisos, les tomaré el aliento para ver si hay rastros de alcohol, obvio que revisaré sus cosas en busca de substancias ilícitas, y me desvelare tanto para ir a buscarlos o para esperar que lleguen.
Uf, con todas las películas que en este preciso momento me estoy pasando sobre el futuro adolescente de mis hijos, solo deseo que se queden pequeñitos por mucho tiempo, porque mientras más crecen los hijos, más grandes son los problemas.
4 comentarios:
Ay si! Como dice el dicho "Hijos chicos problemas chicos, hijos grandes problemas GRANDES"
Sí, por favor que se queden así de chiquitos que ahora están graciosos, te necesitan y no les molestas. De aquí poco ya no querrán ir con los papás. A disfrutarlos mientras podamos!!!
Justamente de este tema hablaba ayer con unas amigas, que susto cuando nuestros hijos esten en esa edad! porque ahora todo es tan diferente! Pero como les decia a ellas, lo importante siempre es la base familiar, la crianza. Nuestros padres nos educaron y cuidaron muy bien de nosotros. También así lo haremos con nuestros chicos... igual saldrán de farra!
Chicas, me uno al temor de ver a mi hija crecer, ya que CRECER rima con PERDER y eso me aterra.
A diario celebro sus logros de independencia, sin embargo, quisiera jamás apartarla de mi lado, añoro tenerla en mis brazos y sentir que dependía 100% de mí.
Es importante no apurar su crecimiento, no permitirles que se salten etapas y trabajar a diario en construir una relación sólida y sincera entre ell@s y nosotros, quizás así no será necesario ser tan BRUJAS cuando lleguen a la etapa de la adolescencia jijiji.
“Apurar la independencia de nuestros niños pequeños tiene un costo alto. La mejor forma de construir una base sólida en la relación entre padres e hijos es permitir que sea el niño que gradualmente se va separando de sus padres, y no los padres quienes prematuramente se separan del niño”.
(W. Sears)
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