Todos los padres tenemos distintas formas de criar y de cuidar a nuestros hijos, claro que eso también depende mucho del tipo de hijos que uno tiene (inquietos, tranquilos, curiosos, etc.)
En cuanto a la seguridad, me he dado cuenta que hay padres ultra aprensivos, los normales y los despreocupados o ultra relajados, estos últimos fueron los que me inspiraron a escribir este post.
En mi caso me considero dentro de los normales, soy de las que piensa que hay que proteger a los hijos en la medida justa que no llegue a intervenir el entorno físico del hogar. Por ejemplo, cuando mi hija empezó a recorrer la casa en andador, saqué las cosas chicas que tenía de adorno en la mesa de centro, pero no escondí botellas, velas, ni Cd, menos los libros, le enseñe que esas cosas no se tomaban. Cuando creció más, puse seguro a algunas puertas de los muebles y tape los enchufes, por suerte nunca fue muy curiosa, así que no tuve problemas que tirara los cables, tampoco andaba abriendo puertas de muebles o veladores. Mi hijo menor es más curioso, así que tendré que poner seguros en todas las puertas, volver a tapar enchufes y no tener cables a la vista. Recuerdo el caso de una amiguita de mi hija, que en su casa todo estaba escondido, no habían ni muebles con esquinas, nada a mano, excepto sus juguetes, vivía en una burbuja; entonces cuando ella llegaba a mi casa, era terrible, todo le llamaba la atención, todo lo quería tocar o sacar, porque todo era novedad para ella, bueno sus papás eran ultra aprensivos y exagerados, sino la dejaban ni sentarse en la tierra.
Bueno a lo que quería llegar, tuve la idea de escribir este post, debido a la liviandad que algunos padres se toman la seguridad de sus hijos. La semana pasada mientras jugaba mi hija con sus amiguitos en el patio del edificio donde vivimos, veo una niñita de no más de dos años subida en la baranda de la ventana del piso 9, y no tenían mallas de protección!!, se me llego a apretar la güata. Al rato después veo que su mamá la tenía en brazos apoyada en la ventana, o sea, si la misma mamá la sube a la ventana mostrándole que no hay peligro, ¿cómo no se va a subir sola la niña? realmente no entiendo.
Me pregunto cómo hay padres que pueden vivir tranquilos en un departamento sin tener mallas, por mucho que digan que no despegan un ojo de sus hijos o que siempre están con ellos (y créanme que conozco una mamá que dice eso), cualquier mínimo segundo de descuido puede ser fatal, entiendo que hay familias que no tienen los recursos para hacer ese gasto, pero donde vivo, las personas pueden hacerlo.
Lo mismo pasa con las sillas de seguridad para autos, cuantas veces me ha tocado ver a niños sin sillas en automóviles carísimos, en los mejores barrios, y eso que es ley llevar a los niños sentados en sillas.
Como siempre digo, cada familia es distinta, y cada padre ve lo que es mejor para sus hijos. En la nuestra, la seguridad de nuestros hijos es algo que nos importa, las sillas de los autos no se mueven, aunque a veces necesitemos más espacio, y los niños viajan en ellas aunque griten y pataleen. Nada que decir de las mallas de seguridad, al cambiarnos al nuevo departamento lo primero que hice fue mandar a instalarlas, aunque eso significara apretarnos el bolsillo o dejar de lado algunos gustitos que nos damos.
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