No hay duda que estar
embarazada provoca en la mujer millones de sensaciones y sentimientos
encontrados. Pasas por la felicidad, alegría, satisfacción, ansiedad,
miedo, frustración, nerviosismo entre otros. Así mismo estos
sentimientos van cambiando dependiendo si es tu primer, segundo o
tercer embarazo.
En mi caso, cuando estuve
embarazada por primera vez, la felicidad del primer momento se vio
sobrepasada por los temores y dudas que tenía, ¿vendrá el bebé
bien? ¿seré una buena madre? Son sólo un ejemplo de las
interrogantes que pasaban por mi cabeza.
A medida que avanzaban las
semanas, me fuí relajando un poquito, ya había leído más o bien
mi ginecólogo o amigas me habían aclarado algunas dudas, pero
cuando se acercaba el momento del parto el nerviosismo y ansiedad,
además de los temores y miedos se apoderaban de mí, ¿sabré cuando
es el momento? ¿llegaré a tiempo a la clínica u hospital? ¿me
dolerá? ¿saldrá todo bien? ¿y si me muero en el parto?. Si les
contará la cantidad de pesadillas que tuve con respecto al parto, se
reirían, y culpa de esto la tiene tanta película gringa que ve una.
Con mi segundo embarazo,
si bien los sentimientos no cambiaron mucho, si una esta más
tranquila, ya sabía un poco más de como cambia mi cuerpo, sabía
que hay ciertos mitos que te cuentan que no son ciertos, sabía a que
atenerte cuando iba a los controles con el médico y que examenes se
necesitaban. Al punto que ya no hacía tanto caso a los consejos que
me daba la gente, es más, ya hasta me molestaban un poquito. Cuando
se acercó el momento de este parto, también ya estaba un poco, sólo
un poco, más relajada, al menos ya sabía como se sentía una
contracción y en que momento debía partir a la clínica (se suponía, jeje). En resumen ya no era nada nuevo
para mí, por lo mismo sabía qué estaba pasando.
Con el tercer embarazo,
todo ha sido distinto, estoy ultra relajada, incluso, por falta de horas
de mi ginecólogo, me he saltado un control mensual y no he muerto de
la angustia, ya sé que hacer en cada control o examen, cualquier
tipo de consejo tonto u obvio, me molesta. Los temores y ansiedad son
mucho menos. Sé inmediatamente si algo anda mal, hasta como
solucionar ciertos malestares, sin necesidad de llamar al médico.
Ya tengo 28 semanas y
este embarazo se me ha hecho eterno. Ya no encuentro lindo estar con
unos kilos de más por estar embarazada, al contrario. El no poder
dormir bien, no es una anécdota, sino una molestia, lo mismo los pies
hinchados, la acidez y el cansancio.
Es lindo y maravilloso
estar embarazada y no crean que reniego de él, pero nada es tan
perfecto e idílico como muchas cuentan, creo que ya hasta estoy
cansada de estar embarazada. Con 3 infecciones urinarias a cuestas, sumado el
calor insoportable de esta ciudad, dos hijos super demandantes y con
la agilidad que me ha abandonado, lo único en que pienso es que pase
luego el tiempo y llegue el mes de abril, a veces creo que no
sobreviviré hasta esa fecha, tengo una panza inmensa que representa
mucho más de 28 semanas, seguro que antes de abril exploto!
Si con los embarazos
anteriores lo único que quería era quedarme embarazada por más
tiempo, pues no sabía si podría cuidar y criar a un hijo y después
a dos, ahora lo único que quiero es tener a mi bebé en brazos, para
regalonearlo y cuidarlo, poder recuperar mi estado físico. El temor
de si seré o seremos capaces de sobrevivir como padres con tres
hijos, ya no me preocupa, estoy segura que saldremos airosos, quizás
un poco más locos, pero estaremos bien, o como suelo decir "nuestra vida es caoticamente hermosa".
Si bien en mis embarazos
las sensaciones y sentimientos, como pueden ver, han sido variados, siempre el primer y
último sentimiento ha sido la Felicidad, al momento de enterarme de
estar embarazada y al momento de tener por primera vez a mi hijo en
brazos.