19 de junio de 2013

A la Peluquería

Llevar a los hijos a la peluquería es todo un evento, tengo la suerte que a ninguno de los tres les molesta ir y eso es buenísimo, si los comparo con niños a los que el hecho de entrar a una peluquería les da ataque de llanto.
 
Me gusta llevarlos a peluquerías especiales para niños, ambientadas con juguetes, entretención con vídeos juegos o películas infantiles y donde chorrean los globos y dulces.
 
Los peluqueros son cuento aparte, la mayoría son carismáticos y atentos con los niños, algunos se dedican a seguir las instrucciones de los padres en cuanto al corte sin ningún reparo, pero hay otros que intentan imponer su estilo, como el corte a lo colegial, es decir con la partidura para el lado, o bien el corte de algún famoso jugador de fútbol.
 
Este último tipo de peluquero me toco conocer cuando lleve el sábado pasado al Mediano, el peluquero que siempre le cortaba ya no trabajaba en el local, así que tuvimos que resignarnos a que cualquier otro lo atendiera.
 
La peluquería estaba llenísima, a mi no más se me ocurre ir un sábado, niños gritando, otros llorando, padres enojados por la espera, era un caos total.
 
Cuando le toca el turno al Mediano, le digo al peluquero que quiero el pelo corto a la misma altura, no más corto abajo o arriba y sin partidura, cosa que se pueda peinar para donde quiera, que no le corte a lo sopaipilla, ni a lo Alexis Sánchez, ni el corte de moda, ni nada parecido.
 
Ningún problema señora, me dice. Empieza a cortar y a los minutos después, me dice que el Mediano tiene muchos remolinos, así que más corto abajo y más largo arriba le quedaría bien. Por supuesto le dije que no, que cortara como le dije.
 
Nuevamente a los minutos después me pregunta que si ahí estaba bien, le dije que más corto por favor, todo del mismo largo. Pero si ahí estaría bien, me dice, a lo Daddy Yankee. ¡¿Que?! Imaginaran mi cara de asombro y de querer matarlo, ¿que parte de "ningún corte de moda" no habrá entendido?.
 
Amablemente le dije que lo prefería corto, sin ningún estilo, a lo que me miro raro y se limitó a asentir con la cabeza, y siguió cortando. Al final el corte quedo mas o menos como yo quería, pero igual me dejo unos pelos más largos en algunas partes, que tuve que llegar a arreglar en casa.
 
Camino a casa pensaba ¿tan rara soy por querer un corte de pelo normal? ¿Qué es eso de querer hacer parecer a nuestros hijos a algún famosillo de moda?.
 
Menos mal que esto de ir a la peluquería no es tan seguido, por mi se lo cortaría yo, pero después de haberlo intentado con el Mediano y el Menor, con pésimos resultados, creo que no queda de otra que acostumbrarme a imponer mi estilo con estos peluqueros, jeje.

5 de junio de 2013

Un año de aprendizaje

El Menor cumplió un año en abril y ha sido un año de muchas nuevas experiencias y aprendizaje.
 
Cada niño es un mundo, dicen por ahí, y es totalmente cierto, creo que con cada hijo he crecido y aprendido como ser mejor madre.
 
Muchas veces siento culpa de como fueron los primeros meses de maternidad con la Mayor, debería haber seguido más mis instintos y menos los consejos de la sociedad. Siento que con ella no luché por tener una lactancia exitosa, la cargué poco en brazos, sufrí luchando por que comiera más y no la regaloneé durmiendo con ella.
 
Si bien con el Mediano mejore muchas cosas, como amamantar lo hasta casi los 9 meses, dormir con él y cargarlo más en brazos. Sin duda fue con el Menor con el que decidí hacer oídos sordos a eso de que malcriamos a los niños con prestarles más atención, dormir con ellos, criarlos en brazos o que la leche materna después de los 6 meses no alimenta. Llevamos 1 año y casi dos meses de exitosa lactancia, aún duerme con nosotros y es criado en brazos. Aprendimos el método de alimentación Baby Led Weaning y usamos pañales de tela.
 
Sé que muchos creen que me he vuelto hippie, por el tipo de crianza que llevo, pero créanme que estoy lejos de serlo y siento que aún me falta mucho por mejorar en cuanto a crianza se refiere.
 
Sigo perdiendo la paciencia fácilmente, muchas veces les grito y castigo, hay ocaciones en que creo me volveré loca y hasta pienso que mis hijos y en especial el Menor me han quitado autonomía e independencia, pues es un niño que depende de mí y mi teta todo el tiempo.
 
Pero soy feliz así, pues siento que estoy criando hijos seguros de sí mismos y felices, que el tiempo pasa tan rápido y luego ya serán adolecentes y extrañaré el tenerlos cerca y que dependan tanto de mí.
 
Estoy segura que cada día, mes y año que pasa, y con cada sonrisa, beso o abrazo que me regalan mis hijos, crezco y aprendo más en esta bella y caótica aventura llamada maternidad.