29 de julio de 2012

Chupete Sí, chupete No

De mi columna en Revista Carrusel

Que Sí que No,  es lo que escucho muy seguido desde que nació el Menor y nuevamente una se ve en la obligación de oír consejos que una nunca pidió. “No se te ocurra ponerle chupete al niño, que se acostumbran y después no hay como quitárselos”, “se le enchuecan los dientes y deforman el paladar”, “Si le pusieras chupete seguro dormiría toda la noche”, “el chupete les da seguridad y los calma”, “¿Pero cómo?! ¿Aun no agarra el tete?, ponle azúcar o miel, ahí seguro le gusta”, son algunos de los “consejillos” o comentarios que me ha tocado escuchar.

Si soy sincera, a estas alturas y pensando que tengo un poquitito de experiencia en esta labor de ser madre, porque: helloooooo, ¡es mi tercer hijo!, ya no pongo mucha atención a lo que me dicen, solo les sigo la corriente y evito entrar en conflicto.

Pero ya hablando más en serio, el tema del chupete se ha vuelto un verdadero desafió el lograr que el Menor lo agarre y se sumerja en su placer adictivo. Me podrán decir lo que quieran al respecto y mucho he leído también de los pros y los contras, pero en mi caso han ganado los pros.

Será porque no he tenido malas experiencias con mis hijos mayores y el chupete, la Mayor y el Mediano solo lo ocupaban para dormirse y alrededor del año lo dejaron botado y no lo usaron más, nunca hubo una gran dependencia de ellos hacia el chupete.

Con el Menor llevo tratando hace un par de meses que logre tomarlo, las primeras veces lo chupeteó unos segundos, pero luego no quiso nada de nada, es cosa de ponerle un chupete en la boca para que empiece a morderlo o termine haciendo arcadas, he comprado por lo menos unos diez chupetes, si es que no son más, de marcas y modelos distintos, de látex y de silicona, lindos y también feos, pero no hay caso, con ninguno me ha resultado.

Mi determinación a que el Menor use el chupete no es antojadiza, el problema es que desde hace bastante tiempo ha empezado a chuparse el dedo, y no tan solo el dedo, sino también su mano, su ropa - en especial su manga - , los tutos y lo que pongas cerca de su boca. Entonces si va a estar chupeteando algo prefiero que lo haga con el chupete, a fin de cuentas el dedo sí deforma el paladar y no es nada práctico cambiarlo de ropa varias veces al día porque se la moja al chuparla.

Por otro lado, el chupete sirve de pacificador, en especial cuando le vienen esos ataques de llanto, por ejemplo cuando viajamos en auto o cuando yo no puedo atenderlo inmediatamente o bien salgo y me demoro un poco en llegar a su toma de leche.

Así que seguiré intentándolo, espero poder escribir luego que este  “desafío”  lo logre. Claro que también espero no estar escribiendo en unos dos o tres años más que mi hijo no quiere dejar el chupete y que eso me tiene desesperada, jeje.




26 de julio de 2012

Renovarse...

Siempre es bueno renovarse, cambiar, un new look. Me gustan los cambios, por ejemplo, recuerdo que cuando nació el Mediano, a los pocos días decidí cortarme chasquilla. Ahora hace un poco menos de un mes, me corte el pelo, lo suficiente para que se notara el cambio. Los eventos importantes en mi vida se han visto acompañados con cambios en mi look.

Siento que una renace con cada cambio y eso esta sucediendo aquí, en mi blog, un nuevo diseño, un nuevo comienzo. Aún quedan pequeños detalles por terminar, pero ya su obra gruesa esta lista y espero que sea del agrado de todos ustedes, que día a día pasan por este rincón y lo nutren de energía con cada lectura y comentario.

Pronto además estará on-line la tiendita de 100% Mamá, lo que me tiene muy feliz y emocionada, así que para celebrar tantas novedades realizaré el sorteo de un lindo y practico producto, ya les contaré de que se trata. No olviden estar muy atent@s.



23 de julio de 2012

"Amamantar es lo natural", Revista Mujer

Quiero compartir este reportaje de Revista Mujer sobre La Liga de la Leche, entrevistan a una de sus líderes en Chile. Para todas aquellas que aún no conocen sobre la Liga y para que también se animen a asistir a sus reuniones de apoyo.

Amamantar es lo natural
Por Paulina Cabanillas

Para que las mujeres no se sientan solas, agobiadas o juzgadas. Para que vean que no son las únicas que están en lo mismo o para que, simplemente, compartan experiencias e información. Esos son los objetivos de esta ONG internacional, fundada en 1956 en Estados Unidos, que fomenta la lactancia materna. Una de sus líderes voluntarias, Nathalie Clermont, nos cuenta de qué se trata.

Son las 10.30, y a pesar de lo gélida que está la mañana -el termómetro marca 1 mezquino grado Celsius-, comienzan a llegar las primeras mamás con sus hijos. Los traen en canguros, en sillas de auto o simplemente los cargan en brazos, y están tan abrigados que apenas se ven entre las mantas con que vienen cubiertos. No importa el frío. La sala principal de Rayuela, centro acuático ubicado en la comuna de Las Condes, que realiza actividades terapéuticas y deportivas para niños y adultos, que es donde se hace la reunión, ya está calentita. Nathalie Clermont, la líder del Grupo Cordillera de la Liga de La Leche Internacional (LLLI) -ONG fundada en Estados Unidos, que promueve y apoya la lactancia materna desde 1956 y que está presente en 85 países-, llegó antes para tener todo listo. Prendió las estufas, acomodó las sillas y los cojines para las asistentes y buscó vasos para ofrecerles agua a las mamás que amamantan. También pegó en una de las paredes una cartulina escrita a mano, con los datos de funcionamiento del grupo. En él, se lee que las reuniones son una vez al mes, que son gratuitas, y que se les pedirá una donación voluntaria de mil pesos. Que para hacerse socia se debe pagar una inscripción anual de 15 mil, que permite pedir los libros que hay en la biblioteca que implementó el grupo, gracias a las donaciones y a los fondos que recolecta con las socias. Los textos, entre los que se encuentran Bésame Mucho, del pediatra Carlos González; La Maternidad y el Encuentro con la Propia Sombra, de Laura Gutman; y Dormir sin Lágrimas, de Rosa Jové, se ponen sobre las mesas durante las reuniones, para que las asistentes los revisen, y se los lleven prestados por un mes.

Media hora más tarde, ya hay una veintena de mujeres con sus guaguas. Está Valentina y su hijo Alonso, de 11 meses. Camila, que tiene cuatro meses y medio de embarazo, y su cuñada Giselle, que está con su hija Zoe, de un mes de vida. Soledad y su hija Amanda, de 1 mes y medio. Dana y su hijo Balthazar, de un año y cuatro meses, que vienen de la V Región. Ana y su hijo Eloy, de seis meses; y Myriam y Matías, de tres años y 10 meses, entre otras mamás con sus vástagos. El tema de la reunión de este mes son los mitos de la lactancia. Para comenzar, Nathalie les hace la siguiente pregunta: “¿Qué mitos les ha tocado escuchar?”. “Que hay que darles cada cuatro horas”, responde una. “Que tu leche es mala”, cuenta una desde más atrás. “Que hay que darle diez minutos por lado”, agrega otra. “¡Que te está usando como chupete!”, exclama una, sacando risas simultáneas en las demás, quienes mueven la cabeza asintiendo. “Ese mito sí que es bueno”, dice Nathalie. “Hay que recordar que el chupete fue inventado después de la teta. No es que el bebé te use como chupete, sino que usa el chupete como teta. Es importante que tratemos de volver a pensar que lo natural es lo normal”, explica. Ese ambiente relajado, tranquilo, donde las que están embarazadas escuchan con atención, donde las que amamantan lo hacen sin miedo de que alguien las mire feo, y donde los niños juegan y lloran y gritan sin temor de que alguien se queje, será la tónica durante toda la reunión, que finalizará una hora y media más tarde.

La opinión de los demás
Nathalie Clermont conoció la Liga de La Leche en 1993, en Canadá, su país de origen, cuando quedó embarazada de su primera hija. “Llegué a la reunión como cualquier mamá que anda buscando información, sin saber nada de lactancia”, recuerda. El sentimiento de comunidad que se generaba en las reuniones la sorprendió y fue lo que la motivó para formarse posteriormente como voluntaria. “Acá se les dice líder, pero en el fondo es una madre que ayuda a otra madre. La mujer durante el posparto está muy sola. Es supersolitario estar entre cuatro paredes con un recién nacido, y a veces dos, que hay que atender todo el tiempo”, dice. “Por eso creo que lo importante de estas instancias es compartir experiencias, ver a otras mujeres que les está pasando o les ha pasado lo mismo que a ti. Se forma una especie de hermandad cuando van contando ‘esto me pasó y lo solucioné así’ o ‘para mí funcionó esto y eso no’. Se genera como una tribu formada por gente que te contiene, que te escucha, que conversa, independientemente de que opinen distinto. Seguro hay mujeres que esto no les gusta y está bien, quizás no sea para todas, pero sí es importante saber que existen estos grupos de apoyo, sean o no los de la Liga, y que hay otras miradas sobre la maternidad que tienen que ver más con la crianza con apego, en que se valora más el instinto materno”, opina.

En 1998, Nathalie llegó a Santiago. “Mi marido es chileno y al comienzo veníamos por poco tiempo y aquí estamos todavía”, cuenta sonriendo. Cinco años después comenzó a trabajar como monitora de la Liga de La Leche Chile y, en 2010, se certificó como consultora de lactancia por el International Board Certified Lactation Consultant (IBCLC), el organismo más importante en su especialidad. Su trabajo remunerado como consultora de lactancia, que es paralelo al voluntariado, consiste en ir directamente a las casas a ayudar a las mamás que les cuesta amamantar porque tienen mala postura al lactar, porque la cantidad de leche disminuyó o porque tienen síntomas de mastitis, entre un sinfín de dificultades que pueden surgir. Tanto en las reuniones de la Liga como en sus visitas a domicilio, a Nathalie le ha tocado escuchar y orientar a madres que están agobiadas al ver la diferencia entre lo que ellas realmente quieren hacer con sus hijos y lo que escuchan de las personas que las rodean. “En esta sociedad es difícil la lactancia; en vez de fomentarla, se mira con recelo. Mucha gente opina, le mete mano, se entromete en el proceso. Por ejemplo, te dicen que tienes que amamantar cada cuatro horas, diez minutos por lado, y eso lleva al fracaso de la lactancia. Lo más probable es que una guagua no aguante cuatro horas porque la leche materna se digiere en 90 minutos, entonces pasa hambre, llora y la mamá se desespera porque le dijeron que debía hacerle un horario a la guagua para que no se acostumbre, no se vuelva malcriado ni manipulador”, explica. “Lo de los diez minutos tampoco es cierto, porque la leche va saliendo con diferentes componentes al inicio que al final, entonces es mejor vaciar un pecho primero antes de ofrecer el otro. Y pasa que después vas al pediatra y la guagua no ha subido de peso, entonces te dicen que tu leche es mala y que tienes que darle relleno. Como amamantas menos, baja tu producción de leche hasta que, finalmente, dejas de amamantar”, resume.

Este escenario tiene como consecuencia, según Nathalie, que las mujeres tiendan a confundirse y a considerar la lactancia como un problema. “La lactancia te libera, aunque muchos piensen lo contrario. Es gratis y la puedes dar en cualquier momento, no necesitas nada extra. Es un alimento vivo, que entrega todas las defensas para el sistema inmunológico hasta en la última gota. Ayuda a la parte emocional, genera niños más seguros, porque nunca se les negó lo que necesitaban en el momento de sus vidas en que eran más vulnerables. Es lejos lo mejor que le puedes entregar a tu hijo”, asegura. “Por eso, siempre aconsejo seguir el instinto, creer en él. Por ejemplo, tu instinto jamás va a aguantar que tu guagua llore, porque el llanto es una alarma. Si fuera para escucharlo, sería una melodía, pero no es así, es muy molesto, precisamente, para no ser ignorado. Un recién nacido de hoy, en el año 2012, tiene la misma genética que uno que nació en la prehistoria. Si lo dejas solo, siente peligro y llora. No sabe que no está solo, que está entre cuatro paredes y que no le pasará nada, por lo que necesita ser tomado en brazos, que la madre, o quien lo cuide, le entregue la seguridad que necesita para crecer”, explica.

Mamá antes que todo
Es mediodía y Nathalie da por terminada la reunión del mes de julio, pero la gran mayoría de las mamás se queda conversando en pequeños grupos de tres o cuatro, mientras amamantan o acunan a sus hijos. Hay quienes se acercan a Nathalie para preguntarle algo más íntimo, otras piden el formulario de inscripción y algunas consultan a las encargadas por los libros de la biblioteca.

Soledad Ramírez, mamá de Amanda, asiste por primera vez a este encuentro. “Es muy rica la energía que se genera en el grupo, todas tienen un objetivo común que es querer lo mejor para sus hijos, aunque sean decisiones distintas a las de uno”, opina. “Yo soy bien racional, soy médico, y la lactancia me ha puesto a prueba. Me ha permitido contactarme con mi parte emocional, con lo fuerte del instinto materno. La medicina no me ha servido para nada en esto. Con todo lo profesional que puede ser uno, con todos los estudios que uno pueda tener, todo queda chico a la hora de ser mamá. Y ahora me siento mucho más mamá que doctora”, afirma.

Dana Galatzan es la cuarta vez que participa. Además de ser la mamá de Balthazar, tiene 21 semanas de embarazo. “Gente de mi familia y conocidos me han dicho cosas como ‘ay, como le das a cada rato’, ‘va a ser muy regalón’, o lo que decían antes, que me usa de chupete, entonces escuchar a otras mamás que opinan igual que tú, te alivia”, dice y agrega. “A pesar de que en internet hay mucha información que sirve, estar en vivo y en directo con otras mujeres es distinto y mucho mejor”.

Ana Fernández es española y mamá de Eloy, un niño de 6 meses. Para ella, la Liga de La Leche le ha permitido seguir con su filosofía de crianza natural. “Venir a la reunión de la Liga es romper con los falsos mitos o con los consejos bien intencionados que, a la larga, no sirven”, cree. “Participar es reforzar la opción de lactancia que tomaste y también de aprender. Te reafirma mucho como mamá”, asevera.

En Santiago, la Liga de La Leche realiza reuniones mensuales en comunas como Las Condes, Providencia, Santiago Centro y Buin. En regiones está presente en Arica, Iquique y La Serena. Para más información visitar:

www.llli.org
www.lllchile.blogspot.com
www.lllcordillera.blogspot.com
www.lactancia.cl  

Para leer el articulo original pincha aquí

11 de julio de 2012

Hace dos años.....

Hace dos años comencé esta hermosa aventura de escribir un blog, tantas cosas han pasado en mi vida y en mi familia durante ese tiempo, muchas alegrías, una que otra pena, algunas desiluciones y muchas esperanzas, pero lo que más destaco de este período es lo mucho que he crecido y aprendido como mamá.

En estos dos años, no solo crecí yo, también crecieron mis hijos, la Mayor paso del Jardín Infantil al colegio y le dieron de alta de su tratamiento fonoaudiológico. Mientras el Mediano aprendió a caminar, a hablar y supero su alergia. Así también un día decidimos hacer crecer nuestra familia, quede embarazada y nació el Menor.

En estos dos años conocí a muchas mujeres y madres, chilenas y extranjeras, que se convirtieron en mis amigas, que me han escuchado (leído), dado una palabra de apoyo o aliento, muchas veces me han contenido y demostrado su cariño, mi bella Tribu. Como quisiera nombrarlas a cada una, pero no sería justo si olvidara a alguna, todas hermosas personas que me han acompañado.

En estos dos años, no solo conocí a mi Tribu y amigas virtuales, sino también a grupos y equipos humanos maravillosos como “el grupo sustentable” - las extraño - con el que nos juntábamos a arreglar este mundo y sociedad, comandadas por Celeste. También mi querido equipo de Revista Carrusel con mi linda Daniela a la cabeza.

Así como he vivido muchas gratas experiencias y he conocido a preciosas personas, también se vienen muchas cosas de aquí en adelante. Este blog prontamente tendrá una nueva imagen, un Fashion Emergency muy necesario. También estamos casi listos para el lanzamiento de 100% Mamá Store, mi tiendita virtual, que viene gestándose desde finales del año pasado y esperamos ya en agosto poner en marcha.

Como pueden ver han pasado muchas cosas durante estos dos años y también muchas que vendrán. Pero nada de esto sería posible sin ustedes. Mil gracias por estar ahí, comentando, leyendo y pasando por aquí. No hay como saber que una no esta sola en esta loca aventura que es la maternidad.

1 de julio de 2012

¡Esta batalla la perdí!

Así tal cual, he perdido la batalla del control de esfínter, luego de un excelente comienzo en enero, la llegada del Menor hizo retroceder al Mediano todo su avance.

Después de casi dos meses limpiando poto y calzoncillos con caquita, me cansé  y saqué mi bandera blanca en señal de derrota y rendición. Ya hace un par de semanas que Mediano lleva nuevamente pañales. Aunque hay que reconocer, a su favor, que SI avisa o va al baño solito cada vez que quiere pipí, su problema es netamente con lo otro.

Así que decidí no complicarme la vida y tampoco complicársela a él, en realidad él no se complicaba mucho, pues ni vergüenza ni importancia le daba hacerse encima o que yo lo retara y tuviera que bañarlo entero en cada uno de sus “descuidos”.

La que estaba realmente complicada con esto era yo, bueno y mi marido y mi mamá y mi nana, jajaja, es decir a todo al que le tocara limpiarlo, porque muchas veces sus “descuidos” implicaban mucho más que solo limpiar calzoncillos y poto.

Pero  como soy una dama, reconozco y asumo dignamente mi derrota, quizás no estaba lo suficiente maduro para sacarle los pañales y después la llegada de su hermano no ayudo mucho. Pero como el perder una batalla no significa perder la guerra, ya nos veremos las caras nuevamente en unos tres meses cuando llegue la primavera. O quizás antes, pues ahora que usa pañales las veces que se hace en ellos son las mínimas, por lo que no dejo de preguntarme si me estará tomando el pelo, jeje.